jueves, 17 de diciembre de 2009

Momento de la ordenación sacerdotal de mi hijo Javier por el obispo de Valence



Meditemos sobre nuestra fe
¿Tenemos fe?


Los que nos decimos creyentes oímos con tristeza a personas que tranquilamente manifiestan no tener fe. Unos dicen que la han perdido. Otros que no la necesitan para nada. Sin embargo, comprobamos en muchos casos que esas mismas personas, por lo que a veces dicen o hacen, algo de fe si que tienen, pero adormilada y en reserva, y, que puede resurgir en cualquier momento o circunstancia.

Por el contrario, los cristianos decimos también con suma facilidad: Tenemos fe. Pero si reflexionamos profundamente y somos sinceros, hemos de confesar que no tenemos una fe total y absoluta. Tenemos voluntad de fe, deseo de fe y hasta espíritu de fe, pero una fe verdadera…

Si de verdad tuviéramos fe, no estaríamos acongojados, ni preocupados, ni entristecidos.

Si de verdad tuviéramos fe, veríamos las cosas de este mundo con otra luz, más amables, más acogedoras, más limpias.

Si de verdad tuviéramos fe, no tendríamos envidias, ni desavenencias, ni recelos.

Si de verdad tuviéramos fe, moveríamos montañas, como dice el evangelio.

Cristo nos puede decir como a los apóstoles: Hombres de poca fe.
Y es que la fe es un don de Dios que debemos pedir insistentemente y con humildad. Que se nos da, si no ponemos reparos en recibirlo. Que nos es necesario para cumplir mejor y más fácilmente el mandamiento primordial del amor.

No será por casualidad que las virtudes teologales las recitamos por este orden: Fe, Esperanza y Caridad o Amor.

La fe nos abre a la esperanza i nos inflama en el amor.

Sólo Dios sabe la fe de cada uno de nosotros. Procuremos siempre avivarla, reforzarla, revivirla.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Ordenación sacerdotal de Fcº Javier Sanuy Moya


Arriba-Fotografía de Javier Sanuy Moya en el día de su ordenación sacerdotal 22-11-09, en Chabeuil (Francia), en el momento de concelebrar. Asistieron 70 sacerdotes, un abad mitrado y el obispo de Valence, el cual es el que ordenó a Javier y a su compañero de congregación Marc Passas.

Abajo-Fotografía de Javier Sanuy Nolla, haciendo la segunda lectura de la misa de ordenación de su hijo Javier.