domingo, 17 de junio de 2012

La Iglesia Católica en España en cifras

Aunque a muchos no les interese que esto sea de dominio público.


“ EL VALIENTE TIENE MIEDO DE CONTARLO. EL COBARDE, DE SU PROPIO TEMOR“.
(Quevedo).


Estas son las cifras de la odiada Iglesia Católica:


• 5.141 Centros de enseñanza:


990.774 alumnos.


Ahorran al Estado 3 millones de euros por centro al año.


• 107 Hospitales.


• Ahorran al Estado 50 millones de euros por hospital al año.


• 1.004 centros, entre ambulatorios, dispensarios, asilos, centros de minusválidos, de transeúntes y de enfermos terminales de Sida, un total de 51.312 camas.


• Ahorran al Estado 4 millones de euros por centro al año.


• Gastos de Cáritas : 155 millones de euros al año.


• Salidos de los bolsillos de los católicos españoles.


• Gastos de Manos Unidas: 43 millones de euros al año.


• Salidos de los bolsillos de los católicos españoles.


• Domund: 21 millones de euros.


• Que también salen de los bolsillos de los católicos españoles.


• 365 Centros de reeducación para marginados sociales: ex prostitutas, ex presidiarios y ex toxicómanos; 53.140 personas.


• Ahorran al Estado medio millón de euros por centro al año.


• El 80% del gasto de Conservación y mantenimiento del Patrimonio Histórico Artístico.


• Se calcula un ahorro al Estado entre 32.000 y 36.000 millones de euros al año.


A todo esto tenemos que sumar que casi todas las personas que trabajan y colaboran con Cáritas, Manos Unidas, u otras organizaciones de la Iglesia Católica son voluntarias sin sueldo alguno. Son personas que ayudan a los demás sin pedir nada a cambio.


¿En que cifra se puede tasar esta colaboración si el Estado tuviera que hacerse cargo de ella?


Esta es la razón por la cual el estado sigue dando un poco de ayuda a la Iglesia Católica:


¡PORQUE LE SALE MUY BARATO!


Muy pocos conocen este maravilloso trabajo hacia la ciudadanía española de la Iglesia Católica, que le sale tan provechoso al estado español.


Y conviene difundirlo para que lo sepamos todos. Es de justicia.


¿Cuántos comedores para indigentes ha abierto y mantiene C.C.O.O.?


¿Cuántos hospitales para enfermos terminales ha abierto UGT?


¿A cuántos enfermos de SIDA trata IU?


¿A dónde puede ir un necesitado a pedir un bocadillo o comida para su familia?; ¿a la sede del PSOE?, ¿a CC.OO.?, ¿a UGT?


¡PUES TODOS ESTOS Y MÁS VIVEN DE NUESTRO DINERO!


Nos sentimos orgullosos de ser católicos y nos preguntamos ¿por qué esto no se difunde ni por la prensa, la radio o la TV?


divulguemos esta noticia para que llegue a quienes injustamente critican a la Iglesia Católica por cualquier motivo.


Ahora, tú decides si lo divulgas o guardas silencio.









Nigel Farage denuncia el desastre de Europa

Visitar el link i se divertirá:

http://www.youtube.com/watch?v=uav2II9GyjQ

viernes, 15 de junio de 2012

miércoles, 13 de junio de 2012

El corralito, la sombra que amenaza Europa


Política, concepto devaluado dónde los haya, no es más que una forma de organizarse para vivir en sociedad en una comunidad moderna. Si nos organizamos en nuestras casas a la hora de hacer la limpieza, la compra y demás tareas domésticas, sin darnos cuenta hacemos política o estamos estableciendo una forma de organizarnos entre los nuestros para que la convivencia sea más llevadera. También lo hacemos cuando decidimos organizarnos en la comunidad de nuestras fincas o edificios para que el ascensor nunca falle o para que las escaleras estén siempre limpias y ordenadas.

Lo mismo ocurre a la hora de organizarnos para convivir en un ayuntamiento o en una provincia y exactamente lo mismo a nivel país. Pero parece que en el momento en que esta organización se agranda es cuando los comuneros nos hacemos más irresponsables, nadie motu proprio es capaz de barrer la plaza del pueblo, ni de arreglar sus calles, parece que hacer el bien a sí mismo y a los demás no está en el diccionario intelectual de un ser humano tipo.

Es entonces cuando otros toman el mando por nosotros, pero somos nosotros y sólo nosotros los que debemos ejercer el control de esta gente, a través del voto por ejemplo, sin embargo ahí también parece que fallamos. Una y mil veces volvemos a dar nuestro voto a los que siempre hacen lo mismo.

Trataré de resumir una serie de conceptos que hace que esta dejadez generalizada se torne en nuestra peor pesadilla:

Política fiscal o presupuestaria: justamente porque nadie quiere hacerse responsable de la cosa común es por lo que los que gobiernan toman la determinación de cobrarnos impuestos y con estos ingresos llevar a cabo una serie de gastos (educación, salud, defensa y seguridad, etc.)

Política monetaria: estos gobernantes son los que deciden qué cantidad de dinero es el que debe circular entre la población de un país. Si es demasiado provocará inflación, si se restringe necesariamente desinflará la economía.

Se dice que los países son “soberanos” a la hora de organizarse políticamente, es decir, ellos y sólo ellos pueden dictaminar sus normas, sus políticas. Pero en un mundo tan avanzado como el actual los hay que deciden unirse para beneficiarse de una moneda común, de la libre circulación de bienes, servicios y trabajo. Y es así como surge la Unión Europea (UE) o los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU).

Mientras que otros no logran esta unión y a la hora de aplicar ciertas políticas no tienen en cuenta a sus vecinos como es el caso de los países latinoamericanos o africanos.

Es el caso de Argentina, que tomaré como ejemplo por ser el primer país cuyo gobierno fue capaz de implantar una restricción a libre disposición de su dinero al conjunto de los ciudadanos y que se día a llamar “corralito” (haciendo alusión al parque de un niño en el que se pone para que no se pueda escapar)

Siguiendo con el razonamiento casi todos los países del mundo deciden a través de las distintas políticas cómo vivir, cómo organizarse y por sobre todo cuanto gastar y en ese sentido a través de la historia podemos ver que se transforma en un círculo vicioso ya que casi todos y poco a poco, con tal de crear un estado de bienestar terminan sobredimensionando sus estructuras y por lo tanto gastando más de lo que pueden recaudar a través de impuestos. Éste es el punto crucial. Si no son capaces de controlar el gasto público y mucho menos de recaudar los impuestos necesarios se ven en la obligación de recurrir a otras políticas, a tomar otras decisiones y el primer paso casi en todos los casos es el endeudamiento, y entonces se comienzan a pedir cantidades enormes de dinero para tapar esos agujeros de gastos. Así se crearon a nivel internacional organismos capaces de canalizar esas necesidades de ayudas como es el caso del FMI (Fondo Monetario Internacional). Pero como en el caso de la recaudación de impuestos, esto también tiene un límite y se deben tomar otras medidas. En el caso de países que no forman parte de una unión supranacional, como Argentina, se ven obligados continuamente a tomar políticas monetarias extremas o sea la decisión de emitir más dinero del que circula normalmente por ese país y entonces se provoca lo que se conoce como efecto inflacionario o “Inflación”, mucha cantidad de papelitos impresos (papel moneda o dinero) para comprar la misma cantidad de bienes con lo cual inevitablemente cada bien costará más, es decir subirán los precios. El gran problema es que esa cantidad de dinero impreso de repente, no llega a todas las manos, a todos los ciudadanos por igual y lo que es peor no llega a casi el 90% de la población (lo usa el gobierno para financiarse) con lo que toda la ciudadanía es más pobre ya que sigue teniendo mes a mes la misma cantidad de dinero (su salario) pero los bienes y servicios son mucho más caros.

Es por eso que en estos países en los que continuamente se toman estas políticas monetarias extremas los ciudadanos dejan de creer en su moneda (y en su sistema y en sus políticos) y tratan de ahorrar o cubrirse de la inflación a través de la adquisición de otras monedas más confiables como ser el dólar estadounidense o el euro.

Es entonces cuando un gobierno argentino de hace un par de décadas decidió atar su política monetaria a la política monetaria de otro país más confiables y se dictó una ley que se llamó “Ley de convertibilidad” la cual establecía un cambio fijo de un peso un dólar y todo ciudadano argentino podía comprar y vender dólares. Con esto se restableció la confianza pero lamentablemente no se ordenó la política presupuestaria y se siguió gastando desmesuradamente. Ya hemos explicado que cuando esto pasa no queda otro remedio que pedir prestado a los mercados privados o a organismos supranacionales y así Argentina llegó a tener una deuda pública tan grande que generaba unos intereses que no era capaz de afrontar (cuando alguien pide un préstamo debe devolver periódicamente parte del capital que pidió y sus intereses). Argentina como país no era capaz de afrontar ni siquiera los intereses que generaban esa deuda pública enorme, entonces el gobierno vuelve a tirar de la emisión monetaria y vuelve a generar una inflación desmesurada y entonces la población deja nuevamente de creer en su sistema y todo el mundo quiere dólares (la divisa más común en casi toda latinoamerica). Es por esa desconfianza que todo el mundo decide sacar su dinero de los bancos y cambiarlo a dólares. Pero el gobierno establece para ese entonces el famoso “corralito”, nadie puede sacar su dinero de los bancos y mucho menos en dólares. El voraz gasto público se come los ahorros de todos los argentinos.

En este sentido se dice que la inflación o esta práctica tan infame de apropiarse de los ahorros de la gente no es más que otra forma de recaudar impuestos para poder cubrir todo este gasto público infinitamente desmesurado.

Habiendo tratado de explicar lo que viene pasando a través de la historia en casi todos los países del mundo (no olvidemos que la peseta española se llegó a nominar en millones producto de estas políticas monetarias perversas y que Alemania pasó por lo mismo en los años ´20, son algunos ejemplos de lo mismo) pero recientemente en Argentina su gobierno da un paso más allá y no sólo provoca inflación sino que además quita los ahorros a sus ciudadanos.

Es en este sentido que trataré de explicar lo que esta pasando y pueda pasar con algunos países europeos. Europa que vivió durante muchos años esta desgracia económica decide unirse, no sólo para beneficiarse de la libre circulación de sus bienes y mercado laboral, y romper con barreras aduaneras, sino y principalmente emitir una sola moneda, el euro y evitar así procesos inflacionarios. Y esta potestad pasa a manos de un único banco central, el Banco Central Europeo.

Pero es aquí donde debemos tener algo muy claro, los países miembros de la UE se unen para ciertos cometidos (libre circulación de bienes, única moneda, etc.) pero mantienen su soberanía, es decir pierden la potestad de emitir dinero (política monetaria) pero mantienen su política fiscal o presupuestaria, siguen gastando lo que cada uno dispone y recaudando los impuestos que cada uno quiere y lo peor es que sin control ninguno. En este sentido Europa sólo recomienda una política fiscal austera pero no puede obligar a ningún país a serlo. Y es entonces que países como Grecia, Portugal, Italia y España por dar algunos ejemplos, se han desmesurado en sus gastos y han tirado de préstamos hasta llegar a límites impensables, con lo cual su única opción sería salir de la UE y tener la posibilidad de emitir su propia moneda y por supuesto provocar inflación y evidentemente dar un paso más allá como lo hizo Argentina y restringir la libre disponibilidad de sus ahorros a sus ciudadanos.

Pero como hemos dicho en un mundo tan globalizado esto inevitablemente tiene un efecto cadena o contagio y si Europa deja caer a Grecia, seguramente le secundarán otros y es en la cuerda floja en la que caminan actualmente muchos países europeos. Es por ésto que se decide otorgarles ayudas internacionales antes de dejarles caer. Pero esas ayudas no son gratis, y a pesar de que son más baratas que pedírselas al mercado privado, lo que traen consigo son una pérdida de soberanía ya que Europa obliga a cambio, a aplicar ciertas políticas de gasto austeras o ajustes como se leen en la mayoría de la prensa.

Pero volviendo al principio de este gran problema, su raíz se encuentra en el gasto público, en esa política fiscal o presupuestaria y mientras los gobiernos de muchos países no decidan dejar de gastar desmesuradamente, este gran problema no terminará. Y posiblemente veamos ayudas tras ayudas e intervencionismos por parte de Europa hasta que por ejemplo surja de las urnas algún gobierno (como es el caso de Grecia este 17 de junio) que no quiera ser intervenido, pero tampoco ajustar sus gastos y entonces se apartará de la UE y tomará seguramente esas mismas políticas drásticas que se adoptaron hace una década en Argentina (porque si hay algo que destaca a los gobiernos democráticos modernos de este mundo globalizado, es que se saben copiar muy bien las distintas medidas o políticas). Inflación y hasta corralito. Y si hay otros países como ser España capaz de contagiarse, existe la remota posibilidad de que pase por lo mismo. La historia y los acontecimientos, vertiginosos por cierto, nos lo dirán.



sábado, 9 de junio de 2012

CARTA ABIERTA DE PILAR RAHOLA AL IMÁN DE TERRASSA

Señor Abdeslam Laarusi, imán de la mezquita Badr de Terrassa, permítame:


Le escribo como mujer libre que le mira a los ojos y le dice, sin ambages, que usted no es superior a mí, ni a ninguna mujer. Ya sé que considera que las mujeres hemos nacido "de una costilla torcida", tal como dijo en un sermón reciente, y que debemos aprender las "obligaciones", aunque sea a base de golpes. Sin embargo, le diré que es usted el que tiene el cerebro torcido, carcomido por una ideología fanática que no es piadosa, sino perversa. Permítame que le diga que son gentes como usted quienes ensucian el buen nombre de los dioses, y manchan la bondad de su fe. Ningún dios permitiría nunca estos discursos de dominio y de odio, porque sólo los seres humanos son capaces de vincular la trascendencia con la maldad. Usted debería ser un vocero de bondades, un puente entre la espiritualidad y la humanidad. Sin embargo, ha escogido utilizar un púlpito sagrado para llenar con ideas de esclavitud el cerebro libre de sus fieles. ¡Quién se ha creído que es, para usar a Dios como instrumento de ideas diabólicas! Haciéndolo deja de ser un hombre de Dios y pasa a ser un simple fanático, más preocupado de dominar la tierra que de ganar el cielo. El problema es que, por el camino de su fanatismo, arrastra a muchas personas.

Ha dicho también, en otro sermón, que nuestras leyes son contrarias al islam. Entonces, ¿por qué no se marcha corriendo de esta tierra infiel? ¿Qué hace viviendo en un lugar tan pecaminoso? Me imagino que sus ideales en la tierra deben ser paraísos de libertad como las dictaduras del Golfo o Irán, o la actual Libia, con su bonita aplicación de la charia. Nada, estimado imán, haga usted las maletas y corra raudo a vivir en esas tierras tan fantásticas, con esas mujeres esclavas, y esas prohibiciones terribles, y esas simpáticas lapidaciones. Allí seguro que su ideal islámico se cumple. Por el camino, abandone las pérfidas ventajas de nuestra sociedad democrática, todas esas ayudas, esa libertad de acción y expresión, esa sanidad pública, esa escuela gratuita... ¿O es que resulta que somos malos, pero no lo es nuestro dinero? Ya debe ser eso, que somos malos y además nos considera tontos.

Por otro lado, señor Abdeslam, y en honor a las mujeres musulmanas que admiro y respeto, permítame una última cosa. No hay nada más patético que un hombre que se cree superior a una mujer. Como utiliza el nombre del islam para vender su machismo feudal, le recordaré que hay grandes mujeres musulmanas que luchan contra tipos como usted, que creen que amar a Dios es amar la libertad y no defender las cadenas. Quizás si las leyera, en lugar de esos panfletos radicales, aún entendería algo. Entendería, por ejemplo, que el pecado no lo cometen las mujeres libres sino los hombres que las quieren esclavas. Nada más. Le saludo atentamente desde mi desprecio.

martes, 5 de junio de 2012

domingo, 3 de junio de 2012

La deuda americana en imágenes. Para comprender mejor su enormidad.

Aquí tenemos el billete de 100 $

Este billete es sin duda el más popular, el preferido en todo el mundo. Es el que utilizaremos para construir las "pirámides" de esta presentación

Esto es un fajo de 100 $ (unos 7.700 €). Esta suma nos permitiría pasar unas buenas vacaciones.


Aquí tenemos 1 millón de dólares. No parece tan impresionante, ¿verdad?



Pasemos a 100 millones de dólares:
Como puede verse, esta suma puede situarse sobre un palet normal, lo que facilitaría su manejo. Al lado vemos, para comparación, 1 millón y 10.000 dólares.


¡Uf...! Llegamos ahora a los mil millones de dólares... Está claro: si quieres atracar un banco y llevarte mil millones de dólares, necesitarás un camión.


Y este es el aspecto de 1 billón (un millón de millones) de dólares: Fíjate que son dos pisos de palets de 100 millones de dólares cada palet, que ocuparían más que la superficie de un campo de fútbol...




 

Ahora llegamos a los 15 billones de dólares: Como puedes ver, la estatua de la Libertad empieza a inquietarse, pues esta suma es inferior a la deuda de los Estados Unidos que es de... ¡agárrate!:
114.5 billones de dólares.


Aquí la tienes, la deuda de USA, a la derecha de la foto:
Estos 114,5 billones de dólares es la suma que falta a los Estados Unidos para pagar las medicinas, las jubilaciones, la seguridad social, la policía y los gastos militares...

Ahora bien, para obtener esta suma, solo hay dos opciones:

- El gobierno americano imprime estos billones de dólares (!)
- Los ciudadanos americanos sacan ese dinero de sus bolsillos.
Y mientras tanto, las agencias de calificación AMERICANAS
se atribuyen el derecho de juzgar la economía europea...