viernes, 17 de diciembre de 2010

“los cristianos son el grupo religioso que sufre mayor persecución a causa de su fe”

Benedicto XVI denuncia que “los cristianos son el grupo religioso que sufre mayor persecución a causa de su fe”


150.000 cristianos son asesinados cada año por odio religioso. “La libertad religiosa no es patrimonio exclusivo de los creyentes, sino de toda la familia de los pueblos de la Tierra”, señala el Papa en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz .

El Papa denuncia en el documento las "persecuciones y terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa".

Cada año son asesinados un gran número de cristianos solo por el hecho de profesar su fe.

Mujer rezando en una iglesia de Bagdad, sacudida a menudo por atentados contra cristianos.

Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz 2011: “La libertad religiosa, camino para la paz”.

Esta vez sí: los grupos laicistas impiden la misa en la Facultad de Económicas de la UB con la tolerancia de la decana.

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El Papa Benedicto XVI plasmó este jueves, 16 de diciembre, en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2011, el desolador panorama actual de la situación de la libertad religiosa en el mundo y advirtió que la religión cristiana es la más perseguida a lo largo y ancho del planeta.

“Los cristianos son actualmente el grupo religioso que sufre mayor número de persecuciones a causa de su fe”, denuncia el Pontífice en un documento presentado por el cardenal ghanés Peter Turkson en el que dedica dos puntos enteros a hablar sobre la situación de los cristianos perseguidos en el mundo, especialmente en Asia y África.

Como recordó también en rueda de prensa el responsable vaticano estadounidense monseñor Anthony Frontiero, el número de cristianos que son asesinados cada año por causa de odio religioso se puede cifrar en 150.000.

En el mensaje del Papa, que será proclamado solemnemente el próximo 1 de enero de 2011, Benedicto XVI sienta al mismo tiempo las bases para una sistematización de sus enseñanzas sobre la “laicidad positiva”, un concepto muy importante en este pontificado, y que ha sido clave en sus viajes a Estados Unidos, Francia e Inglaterra, entre otras intervenciones.

En ese sentido, Benedicto XVI resalta que "la libertad religiosa no es patrimonio exclusivo de los creyentes, sino de toda la familia de los pueblos de la Tierra", que se trata de un "elemento imprescindible del Estado de derecho; no se puede negar sin dañar al mismo tiempo los demás derechos y libertades fundamentales, pues es su síntesis y su corolario".

“Hostilidad encubierta”.

El documento para la Jornada Mundial de la Paz 2011 contiene en cualquier caso una buena parte de denuncia, especialmente sobre la situación de los cristianos en zonas de Asia y África, así como de la “hostilidad encubierta” en las sociedades occidentales.

Así, en su primer punto, arranca con un recuerdo especial hacia los cristianos de Iraq, “los recientes sufrimientos de la comunidad cristiana”, según informa la agencia Zenit.

“Este año que termina también ha estado marcado lamentablemente por persecuciones, discriminaciones, por terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa", señala el Pontífice.

De modo especial, el Papa condena “el vil ataque contra la catedral sirio-católica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Bagdad, en la que el 31 de octubre pasado fueron asesinados dos sacerdotes y más de cincuenta fieles, mientras estaban reunidos para la celebración de la Santa Misa”.

“En los días siguientes se han sucedido otros ataques, también a casas privadas, provocando miedo en la comunidad cristiana y el deseo en muchos de sus miembros de emigrar para encontrar mejores condiciones de vida”, destaca.

También manifiesta su cercanía y la de la Iglesia a los cristianos iraquíes, y agradece las acciones de los Gobiernos “que se esfuerzan por aliviar los sufrimientos de estos hermanos”, mientras pide a todos los católicos “rezar por sus hermanos en la fe, que sufren violencias e intolerancias, y a ser solidarios con ellos”.

Situación “inaceptable”.

El Papa constata “con dolor” que “en algunas regiones del mundo la profesión y expresión de la propia religión comporta un riesgo para la vida y la libertad personal”.


“Particularmente en Asia y África, las víctimas son principalmente miembros de las minorías religiosas, a los que se les impide profesar libremente o cambiar la propia religión a través de la intimidación y la violación de los derechos, de las libertades fundamentales y de los bienes esenciales, llegando incluso a la privación de la libertad personal o de la misma vida”, dice el texto.

En otras regiones, sin embargo, “se dan formas más silenciosas y sofisticadas de prejuicio y de oposición hacia los creyentes y los símbolos religiosos”, continúa.

“Son formas que fomentan a menudo el odio y el prejuicio, y no coinciden con una visión serena y equilibrada del pluralismo y la laicidad de las instituciones, además del riesgo para las nuevas generaciones de perder el contacto con el precioso patrimonio espiritual de sus países”.

Los más perseguidos.

Los cristianos, subraya, “son actualmente el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones a causa de su fe. Muchos sufren cada día ofensas y viven frecuentemente con miedo por su búsqueda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa”.

“Todo esto no se puede aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; además es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realización de un auténtico desarrollo humano integral”, denuncia.

“Negar o limitar de manera arbitraria” la libertad religiosa, así como “oscurecer el papel público de la religión”, supone “generar una sociedad injusta, que no se ajusta a la verdadera naturaleza de la persona humana”.

Ante el laicismo hostil.

El Papa hace una reflexión para que “en Occidente, especialmente en Europa, cesen la hostilidad y los prejuicios contra los cristianos, por el simple hecho de que intentan orientar su vida en coherencia con los valores y principios contenidos en el Evangelio”.

Benedicto XVI se refiere en el documento a las “formas más sofisticadas de hostilidad contra la religión, que en los países occidentales se expresan a veces renegando de la historia y de los símbolos religiosos en los que se reflejan la identidad y la cultura de la mayoría de los ciudadanos”.

Y añade que “la misma determinación con la que se condenan las formas de fanatismo y fundamentalismo religioso ha de animar la oposición a todas las formas de hostilidad contra la religión que limitan el papel público de los creyentes en la vida civil y política”.

“Que Europa sepa más bien reconciliarse con sus propias raíces cristianas, que son fundamentales para comprender el papel que ha tenido, que tiene y que quiere tener en la historia; de esta manera, sabrá experimentar la justicia, la concordia y la paz, cultivando un sincero diálogo con todos los pueblos”, concluye.