viernes, 25 de junio de 2010

SOCIEDAD


«Quitar la Cruz sería un suicidio para la cultura europea»

Los obispos recuerdan el inmenso valor del crucifijo en vísperas de que Estrasburgo vea el recurso de Italia contra el veto al símbolo cristiano

LAURA DANIELE / MADRID

Día 25/06/2010 - 02.34h

COMENTARIOS

Si se quitan los crucifijos ¿por cuáles van a ser sustituidos? Esa es la pregunta y también la gran preocupación de los obispos españoles que ayer decidieron hacer público un documento sobre la «Exposición de símbolos religiosos cristianos en Europa», con motivo de la deliberación el próximo 30 de junio, por parte de la Corte europea de Derechos Humanos, del recurso interpuesto por el Estado italiano contra una sentencia que ordena la retirada de un crucifijo de un colegio público de ese país.

En el documento, aprobado durante la Asamblea Permanente que tuvo lugar esta semana, los prelados recuerdan que el crucifijo forma parte de la identidad y de los valores de las sociedades de tradición cristiana, por lo que su eliminación del espacio público, y en concreto, de los lugares donde se educa a los niños, supone no sólo «dejarlas indefensas ante otras ofertas culturales, no siempre benéficas» sino también impedirles la transmisión a las generaciones futuras de «la herencia epiritual y cultural en la que hunden sus raíces».

Un vacío peligroso

Durante la rueda de Prensa en la que se presentó este texto, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Juan Antonio Martínez Camino, advirtió de que «el vacío que supondrá» la prohibición de la Cruz «tenderá a ser llenado por otros símbolos» relacionados con «el ateísmo, el agnosticismo o símbolos de otras tradiciones religiosas que tienen otros valores».

Pese a precisar un poco más el texto original de los obispos, el portavoz no quiso entrar en detalles sobre si se refería en concreto al slam, aunque sí aclaró que la intención de los obispos no ha sido en ningún momento la de «entrar a enjuiciar ninguna cultura en su su globalidad». «El texto se refiere a “ofertas culturales”, es decir, aspectos de una cultura que no siempre serán benéficas», afirmó.

Al hilo de esta argumentación, Martínez Camino recordó las grandes aportaciones que el cristianismo ha hecho a la actual configuración de la convivencia social: el principio de libertad religiosa y la separación Iglesia-Estado. «La presencia de la Cruz rememora estos logros fundamentales conseguidos por las civilizaciones inspiradas en la tradición cristiana. Quitarla sería un suicidio para la cultura europea», aseveró.

No impone un credo

Y es que la gran cuestión que subyace a este debate generado pora sentencia del Tribunal de Estrasburgo y que también se planteó ayer el secretario general es la de cómo se concibe la neutralidad del Estado. Según explicó Martínez Camino —en previsión de la próxima Ley de Libertad Religiosa que prepara el Gobierno— el Estado «no es un objeto de fe, pero tampoco debe promover el agnosticismo o el ateísmo».

En este sentido, insistió en que la Cruz «es mucho más que un símbolo cristiano, es el símbolo de la raíz de nuestra cultura» por lo que su presencia en la escuela pública no supone «la imposición de una religión o de un credo por parte del Estado».

No hay comentarios: