lunes, 16 de julio de 2012

La crisis fuerza a España a tomar medidas absurdas, según The Economist

MADRID, 15 JUL. (Bolsamania.com/BMS) .- En su última edición el semanario británico The Economist explica a sus lectores porqué España se ha visto forzada a adoptar medidas absurdas como el incremento en los tipos de gravamen en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).

Y es que esa medida golpeará al consumo, castigará a los pobres y reducirá el crecimiento económico.

Las razones esgrimidas por la publicación son tres:

1. El elevado déficit publico actual equivalente al 8.9% del producto interior bruto (8.9%).

2. Esa medida es una imposición directa de los “nuevos amos de España en Bruselas” tras haber tenido que recurrir el país a las ayudas comunitarias para rescatar a nuestros Bancos (Barcelona: B-BAN.BC - noticias) .

3. El más reciente tirón al alza en el tipo de interés sobre la deuda a 10 años, hasta por encima del 10%, nivel que es ampliamente considerado como “no sostenible” y que convierte a las anteriores medidas en necesarias.

Por último, el artículo cita al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como habiendo dicho que la economía podría continuar en recesión hasta entrados ya en el próximo ejercicio. Y añade la cita de Antonio Argandoña, profesor de la escuela de negocios IESE, quien habría dicho que, “nos esperan años de austeridad.”

Ya de paso, en otra columna, pero ya de la semana pasada, The Economist comenta sobre las declaraciones de Arthur Brooks, el Presidente del consevador centro de análisis norteamericano The American Enterprise Institute. El Sr. Brooks asegura que Estados Unidos no tiene nada que enviadar a Europa en lo que a su estado del Bienestar se refiere, dado que el gasto público en su país (como porcentaje sobre el PIB) es parecido al español. No obstante, el Sr.Brooks ve en ello un riesgo, no una virtud. Relacionado con lo anterior, el Sr.Brooks continua y asegura que una de las grandes diferencias entre ambos países es que ahí la izquierda nunca logra llegar al poder.

The Economist, no obstante, ve pocos méritos en esos argumentos. Es más, se muestra abiertamente hostil. No obstante, subraya que donde sí existen grandes diferencias entre los modelos económicos de ambos países es en el grado de libertad económica del cual se disfruta en cada uno. En particular, arremete contra la rigidez del mercado laboral la cual, entre otras cosas, ha resultado en un paro juvenil que sólo es equiparable al que existe en Grecia.

Sin embargo, y quizás sin ser consciente de ello, alude como explicación para eso último a la aversión española hacia la ética de la \"libre empresa.\"

A.B.

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