sábado, 29 de junio de 2013

¿Por qué abortan las francesas? Artículo aparecido a finales de 1.977

¿POR QUÉ ABORTAN LAS FRANCESAS?

Triste repertotorio de razones aducidas para interrumpir el embarazo.

Seiscientos días después de la legalización del aborto en Francia, J.H. Soutoul, profesor de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de Tours, y otros colaboradores de varias universidades francesas han analizado sus repercusiones en un libro titulado Consecuencias de una ley, aborto año II. Germano Goglia, director del Instituto de Histología y Embriología de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Roma, comenta en L’Osservatore Romano, (24-IX-77) algunas de las conclusiones de este libro.

¿Qué ha ocurrido después de la entrada en vigor de la ley?. El ministerio de sanidad francés ha publicado a finales de 1976 una relación oficial relativa al período 17-I-1975 y 1-IX-1976, en que se demuestra que los abortos legales efectuados en este país, durante los 600 primeros días de su legalización, son 45.085. Ante esta cifra, los autores del libro concluyen que el número de abortos ha aumentado considerablemente después de su legalización, pues en ese período han sido realizados en Francia, según sus estimaciones, no menos de un millón de abortos, de los que sólo 45.085 han sido declarados legalmente. “Si se tiene por buena la cifra de 400.000 abortos anuales realizados antes de la aplicación de la ley (1), el incremento anual de abortos declarados o clandestinos ha sido de 200.000 después de su aprobación.”

Estos datos comenta Goglia, confirman la tendencia, frecuente también en Italia, a hinchar la cifra de los abortos clandestinos, y demuestran, por otra parte, la ineficacia de una ley que pretendía eliminar “la plaga de la clandestinidad”.

¿Cómo explicar que existan abortos clandestinos cuando el aborto es legal? La conclusión parece evidente: “la legalización del aborto no confiere al acto ninguna legitimidad moral y, presumiblemente, las mujeres, a las que la ley no ha eliminado el sentido de culpabilidad ligado a la práctica abortiva, han preferido la vieja vía de la clandestinidad en vez de la vía pública, abierta por la ley liberadora”.

La ley abortista francesa, en su artículo 1, señala que “La ley garantiza el respeto a todos los seres humanos desde el inicio de su vida. No se debe atentar a este principio más que en caso de necesidad y con las condiciones previstas por la presente ley”.

Un muestrario de casos de “necesidad”.-¿Qué significa, para las francesas que abortan, los casos de necesidad? Goglia resume un elenco de “estados de necesidad” presentador por M. Renaud, director del Centro de Planificación Familiar de Tours.

“Madame B., casada, 24 años, un hijo de 3. Se queja de no poder asumir la titularidad del puesto que ocupa en el año en curso; desea un niño sólo después de adquirir la titularidad (de ahí la petición de abortar)”

Mademoiselle W., soltera, 23 años. Rechaza el embarazo actual, y también los sucesivos, con la siguiente justificación: “Ya hay demasiados desgraciados sobre la tierra.”

“Mademoiselle X., soltera. Sólo quiere conocer la edad exacta del feto con el fin de establecer la identidad del padre. Mantendrá el embarazo sólo si se asegura de que el niño es hijo del hombre a quien quiere.

“Mademoiselle G., soltera, 24 años, un hijo. Rechaza todo argumento con el pretexto de que la ley le permite abortar y no quiere tener otro hijo.”

Mademoiselle H., soltera, 22 años. Trabaja y desea casarse con un joven de su edad, igualmente ocupada. No quiere tener el niño, porque sus padres la echarían de casa.”

“Madame A., casada, un hijo, sin problemas financieros. Dará a luz en verano. ¿Pero quien cuidará del niño durante las vacaciones? Desea abortar y se compromete a calcular mejor el próximo embarazo.

“Madame O., casada, 28 años, dos hijos, uno murió hace seis meses cuando tenía 3 años. Quiere abortar porque un nuevo hijo le absobería todo su afecto neutralizando el recuerdo del hijo muerto,”

“Mademoiselle Q., soltera, 21 años, estudiante, se casará dentro de dos meses. Rechaza el nacimiento del niño porque coincidirá con la fecha en que tendrá un examen.”

“Mademoiselle J., soltera, 21 años, dejó de utilizar anticonceptivos, porque oyó decir que su empleo producía la esterilidad. Quiere abortar para poder seguir utilizando anticonceptivos (evidentemente, el embarazo para ella era sólo una prueba de que la práctica anticonceptiva no la había hecho estéril).”

Mademoiselle X., 19 años, hija del dueño de un bar, prometida con el hijo de un tendero en litigio con su padre. El embarazo, psicológicamente aceptado por la pareja, es incompatible –dice- con el conflicto entre las dos familias.”

“Madame Z., casada, 25 años, un hijo. La cosecha de trigo de la finca ha sido desfavorable . De ahí su petición de aborto.”

Un niño, “lo más pronto posible”.- Por último, un caso que vale la pena resumir. Madame Y., 30 años, un hijo de cuatro años.. Queda encinta, y piensa que el padre no deseará el niño porque el matrimonio había decidido no tener otro hijo hasta dentro de dos años. Ningún problema económico. Se presenta en un centro estatal para abortar. El asistente que le recibe sospecha que existen problemas en la pareja. Efectuado el rito de la entrevista, se elimina el niño. Al siguiente mes la mujer se vuelve a presentar y le dice al médico que quiere un niño “lo más pronto posible”. El médico le pregunta la razón del cambio de actitud. La mujer, llorando, explica: “Todo ha sido demasiado rápido; nadie se ha opuesto a mi petición de abortar y yo cría que tenía motivos. Cuando mi marido se ha enterado, se ha puesto a llorar y me ha dicho que sentía muy desgraciado al encontrarme entre las p… Mi familia hubiera aceptado el niño. Quiero tener un hijo lo antes posible. Además ahora no puedo contemplar a ningún niño por la calle.”

Mientras la ley francesa garantiza el aborto sólo para los casos de “necesidad”, prevé sanciones contras los médicos que se nieguen a asistir a una persona en ese estado. El elenco de los casos citados, comenta Goglia, resultan altamente significativos de qué se debe entender por “estado de necesidad”

(ACEPRENSA)

(1) Es difícil conocer la cifra con mediana exactitud: en el proyecto de ley aprobado en 1975 se habla de 800.000 anuales; los abortistas llegaban a dos millones; el Instituto Nacional de Estudio Demográfico, a 250.000, otros 400.000.





























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